miércoles, 9 de diciembre de 2009

Cacique Guaicaipuro



Guaicaipuro Nacido en Caracas en 1530 y guerrero de confianza del gran Cacique Catuche, asume el cacicazgo a los 20 años de edad, cuando este cacique muere. Conocido actualmente como Guaicaipuro en documentos de la época se le encuentra con el nombre de Guacaipuro. Fue sin duda alguna, el más firme opositor que encontraron los conquistadores españoles en las recién descubiertas tierras venezolanas (1498). Guaicaipuro gobernaba a los Caracas y los Teques, ejerciendo directo control sobre los seis caseríos que circundaban su cuartel general en Suruapo o Suruapay, situado en el actual San José de los Altos en la vertiente de la quebrada Paracoto. Baruta era el nombre de su hijo mayor, y los nombres de sus dos hermanas eran Tiaora y Caycape.

Al descubrir unas minas de oro en tierras de los Teques, Pedro de Miranda comienza su explotación, pero fue atacado por Guacaipuro y tuvo que abandonarlas. En 1560 el Gobernador Pablo Collado nombra a Juan Rodríguez Suárez, Teniente General de la Provincia de Caracas y le ordena pacificar a Guaicaipuro. Rodríguez se alía con el mestizo Francisco Fajardo y vence al Cacique de los Teques en las batallas de San Pedro y La Quebrada, creyó que la región había sido pacificada y deja en las minas varios obreros para trabajarlas junto con tres hijos suyos. Ausente Suárez, Guacaipuro asaltó las minas matando a los trabajadores y los hijos de éste. Fajardo intenta fundar un caserío en lo que hoy es Catia. Sin embargo, ante un ataque ordenado por Guaicaipuro y ejecutado por Paramaconi, el recién fundado caserío (1560) es arrasado. El año siguiente, en 1561, Juan Rodríguez Suárez refunda el caserío con el nombre de Villa de San Francisco, pero corre la misma suerte que el anterior. Al enterarse Juan Rodríguez Suárez del desembarco del tirano Lope de Aguirre, se dirigió hacia Valencia con sólo 6 soldados, situación que aprovechó Guacaipuro junto con Terepaima para emboscarlo y asesinarlo. Guaicaipuro convoca entonces a una alianza estratégica de todos los caciques de la región, aceptan el pacto los jefes Baruta, Naiguatá, Chacao, Aramaipuro, Guaicamacuto, Paramaconi, Terepaima y Chicuramay. Durante años esta alianza se mostró triunfadora, pero Guaicaipuro perdió su oportunidad en Maracapana, en 1568, batalla clave en la que participaron todas las tribus aliadas. Derrotados por el ejército conquistador en forma contundente, la coalición se disuelve y los jefes regresan a sus tierras. Guaicaipuro se refugió en Suruapo. Al temerse por el futuro de la recién fundada Santiago de León de Caracas (1567). Como medida ante el inminente ataque a dicha ciudad, Diego de Lozada (fundador de Caracas) ordenó la captura de Guacaipuro al alcalde Francisco Infante, quien, con indios fieles que conocían el paradero del cacique, salió de Caracas cierta tarde, al ponerse el sol, con 80 hombres. A la media noche llegaron al alto de una fila, en cuya falda estaba el pueblo de Suruapo donde Guacaipuro tenía su vivienda; Infante con 25 hombres se quedó allí para proteger la retaguardia y retirada en caso de una derrota, mientras Sancho del Villar con los demás bajaba a ejecutar la prisión del indio. Conducidos por los guías llegaron a la puerta del inmenso bohío o caney de Guacaipuro los 5 primeros que formaban la delantera, pero acababan de ser descubiertos y con sus armas en las manos, esperaban la llegada de los compañeros y fue entonces cuando intentaron franquear la entrada, pero Guacaipuro, que manejaba la espada que había sido de Juan Rodríguez Suárez, hirió a cuantos intentaron entrar. A los gritos de la pelea, se alborotó el pueblo y todos acudieron a defender a su cacique, pero nada podían contra los filos de las espadas; y los lamentos y gritos de las mujeres y niños, en la noche oscura, aumentaban la confusión general. Viendo los españoles la imposibilidad de rendir al cacique, resolvieron quemar el gran bohío o caney en el cual estaba guarecido. Como su techo era de paja y madera, arrojaron fuego sobre el tejado, que comenzó a arder vorazmente. Viéndose en trance de perecer, Guacaipuro saltó fuera, dando estocadas a diestra y siniestra contra los asaltantes, pero todo fue en vano pues las espadas de éstos lo dejaron muy pronto muerto en el suelo; la misma suerte tuvieron sus acompañantes.

Siguiendo indicaciones del Presidente Hugo Chávez el 8 de Diciembre de 2001 los restos simbólicos del Cacique Guacaipuro (sus restos nunca fueron encontrados) fueron trasladados luego de una ceremonia al panteón nacional

lista de caciques de venezuela

fuente : http://venciclopedia.com/index.php?title=Lista_de_caciques_de_Venezuela

La palabra cacique es un vocablo de origen taíno, lengua de filiación arawak hablada en las Antillas para el momento de la conquista europea que se incorporó al caudal léxico español para designar al individuo que representaba la autoridad en una comunidad indígena. El término, por extensión semántica, ha pasado a denominar al individuo que ejerce un liderazgo local despótico (el caciquismo). Ahora bien, posiblemente la palabra "cacique" llegó a ser sinónimo de autoridad omnímoda y despótica debido a la tendencia de los conquistadores de buscar instituciones equivalentes a las europeas entre los pueblos indígenas americanos. Al no encontrarlas, por tratarse de realidades culturales diferentes, los europeos mal interpretaron las culturas indígenas e incluso, en algunos casos, llegaron a negar la existencia de un orden social.

Los Caciques Venezolanos pertenecieron a las siguientes tribus:

Cacique Aramaipuro: perteneciente a la tribu de los mariches

Cacique Arichuna: Jiraharas

Cacique Baruta: Caracas y Teques

Cacique Catia: Mariches

Cacique Cayaurima: Cumanagotos

Cacique Chacao: Caribe

Cacique Chicuramay – Cuaicurián: Teques

Cacique Conopaima: Caribes

Cacique Guaicaipuro: Caracas y Teques

Cacique Guaicamacuto: Caribes

Caciques Guaratarí - Queipa – Mamacurri: Teques

Cacique Guarauguta:

Cacique Manaure: Caquetios

Cacique Mara:

Cacique Maracay: Araguas

Cacique Meregote: Araguas

Cacique Murachí: Mocoties

Cacique Naiguatá: Caribes

Cacique Paisana: Quiriquires

Cacique Paramacay: Cumanagotos

Cacique Paramaconi: Caribes

Cacique Pariata – Maiquetía:

Cacique Prepocunate: Guaraunos

Cacique Sorocaima: Caribes

Cacique Tamanaco: Mariches y Quiriquires

Cacique Terepaima: Araucos y Meregotos

Cacique Tiuna: Caracas

Cacique Yaracuy:

Cacique Yare: Quiriquires, Cumanagotos, Charagotos y Araucos

Cacique Yavire - Paramaiboa – Pariaguán: Caribes

Cacique Yoraco: Quiriquires

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significado de la palabra Venezuela

EL ORIGEN DEL NOMBRE DE VENEZUELA ES INDÍGENA,Y QUIERE DECIR AGUA GRANDE
Articulo http://www.simon-bolivar.org/bolivar/nombre_vzla.html

VilloriaTodos los venezolanos conocemos, porque así nos LA ENSEÑAN EN LA ESCUELA, la versión de que el origen del nombre de Venezuela está en el corazón de un navegante italiano, que al visualizar en nuestro territorio ciertas edificaciones, añoró el recuerdo de un lugar europeo, Venecia, y le pareció muy simpático llamar a este nuevo lugar con el agregado de un morfema diminutivo, para significar la pequeñez de lo nuevo en comparación con la grandeza de lo viejo: Venecia-zuela, Venezuela. El señor Américo Vespucio jamás emitió por escrito la palabra Venezuela o algo que se le pareciera. En los documentos de la época escritos por él mismo, las únicas referencias que hay a Venecia, están para comparar los palafitos de la laguna de Sinamaica, y también otros palafitos de algún lugar en Centroamérica, con las edificaciones elevadas sobre el agua de la romántica ciudad europea.

(…)existen más evidencias documentales a favor del origen autóctono de la palabra que nos denomina como unidad territorial, que testimonios acerca de una presunta disminución de una gran ciudad del antiguo continente.

La versión de la "pequeña Venecia" es, sin embargo, la más difundida, la más conocida, casi la única que el común de los venezolanos maneja, incluso con orgullo. En esta disminución lingüística, se encierran dos caras de una misma moneda: en el anverso, la pequeñez y la minimización del invadido ante el invasor; en el reverso, la grandeza de lo impropio, de lo foráneo, lo magnífico de la lengua y la cultura del viejo continente sobre la supuesta pobreza de las tradiciones indígenas. Desde luego, hay una posición racista en el transfondo. Este racismo no inspiró a Vespucio para inventar un nombre. El racismo pudo haber inspirado, siglos después, a los historiadores que constituían la voz oficial del discurso dominante. No he podido determinar quién fue el primero que puso a circular la versión de la pequeña Venecia. En el importante diccionario de toponimia de Adolfo Salazar Quijada (6) se recoge la versión escrita por el historiador José Luis Salcedo Bastardo (7). Arturo Uslar Pietri, gran intelectual venezolano, fructífero en muchos aspectos, fue también, muchas veces, y lamentablemente, voz cultural de las clases dominantes, y fue uno de los que más propulsó la versión de la pequeña Venecia, gracias a su relativa popularidad y ascendiente mediático, labrado durante décadas de permanencia en la televisión y la prensa.

A través de la industria cultural y de los medios de comunicación social, se perpetúa en el conocimiento y la memoria colectiva, por los más diversos procedimientos, la versión de la pequeña Venecia. Una canción del señor Ricardo Montaner llamada justamente "La pequeña Venecia" sonó incontables veces en la radio, en los videoclips. Un librito muy exitoso, aparentemente muy vendido, del famoso historiador y tránsfuga político Manuel Caballero, se titula "De la pequeña Venecia a la Gran Venezuela". Aunque nadie leyese este libro, basta mirar su portada en las vitrinas de las librerías o en las mesas de los buhoneros, para impregnarse la conciencia, inadvertidamente, de la pequeñez del nombre de nuestro país, sobre todo al contrastarlo con el significado que tiene "La Gran Venezuela" en el imaginario de los venezolanos de las tres últimas décadas, con su significación de derroche y fracaso.

Tenemos, pues, un nombre cuyo origen se ha virtualizado. Nadie puede sostener con conocimiento documental el cuento de la pequeña Venecia. Todos citan las voces de Salcedo Bastardo, de Uslar Pietri, de Caballero, de Montaner. Esta historia virtual coexiste con una historia real, que reposa en las bibliotecas universitarias, y a la que pocos tienen acceso, impedidos por la conformidad con la interesada versión industrial, sostenida por los voceros de la clase dominante.

Como lingüista, pienso que una buena manera de apoyar la versión de la autoctonía sería estudiar las probabilidades, que yo pienso son muchas, de que el vocablo Veneçiuela –que es el original cartográfico en 1500- corresponda a una pronunciación castellanizada de un vocablo de la lengua propia de la etnia Añú. La etnia Añu o Paraujana es la aborigen de la zona de entrada al Lago de Maracaibo. Los añú son los pobladores de la laguna de Sinamaica y de los eternos palafitos que allí todavía se edifican. Esto es lo que Vásquez Espinosa declaró hace 376 años. Lamentablemente, la lengua Añú está prácticamente extinta tras centurias de segregación, con escasísimos legados transcritos, aunque se hacen loables esfuerzos actualmente para lograr su resurrección. Pienso que las probabilidades de que el nombre de nuestra patria derive de un diminutivo de Venecia en el castellano o aún en el italiano de aquella época, son realmente escasas. Además, he expuesto que no existe ningún fundamento documental para atribuirle a Américo Vespucio, ni a ningún otro invasor europeo, la autoría del topónimo Venezuela. En este punto debo decir que yo no soy original en esta exposición. Hace varios años, el Hermano Nectario María, fecundo recopilador de nuestra historia, llamó la atención sobre este asunto del nombre cuando escribió sobre el Lago de Maracaibo. Fue el primer venezolano en tener acceso al libro de Fernández de Enciso, en el Archivo de Indias de Sevilla. El médico y filósofo marabino Roberto Jiménez Maggiolo (8) ha publicado recientemente una nota al respecto, y varios otros intelectuales, sobre todo zulianos, han denunciado un invento que parece fruto de los grupúsculos que han dominado el flujo de conocimientos en nuestro país, y han querido sustraer de nuestro patrimonio cultural hasta el nombre que nos identifica como nación.

DEL ORIGEN INDÍGENA

Hay una versión del origen del nombre de nuestro país que tiene fundamentos más históricos, mejor documentados, y que no son un invento o una elucubración. Esta versión atribuye al nombre de Venezuela un origen autóctono que los españoles se apresuraron a reproducir. El apoyo documental a esta versión lo ofrece Martín Fernández de Enciso en su libro "Suma de Geografía que trata de todas las partes y provincias del mundo, en especial de las Indias", editada en Sevilla en 1519, y que es el primer impreso que habla del Nuevo Mundo. En él se lee:

"y al cabo dela cerca de la tierra está una peña grande que es llana encima della. Y encima de ella está un lugar o casas de indios que se llama Veneçiuela..."(4)

Es de suponer que este dato fue aportado por Hojeda y De La Cosa a Fernández de Enciso porque él los conoció y viajó con ellos en 1502 a las mismas costas. En cambio, es muy poco probable que Vespucio y Fernández de Enciso se hayan conocido. Algunos años más tarde, Juan Botero, en su libro "Relaciones de Universales del Mundo", afirma que en el golfo de Venezuela hay una población de indios con ese nombre edificada en un peñasco "

"essempto y relevado que se muestra sobre las aguas"

Véase que en ambos casos, los escritores dicen que el nombre del poblado indígena es Veneçiuela. Ellos no dicen que los españoles le hayan puesto el nombre, sino que sugieren que ese es su nombre indígena y punto. Finalmente, en un enunciado muy valioso, que reafirma la autoctonía del vocablo, Antonio Vázquez de Espinosa, sacerdote español que viajó por casi todo el continente en el último tercio de los mil quinientos, escribió en su "Compendio y descripción de las Indias Occidentales", fechado en 1629, lo siguiente:

"Venezuela en la lengua natural de aquella tierra quiere decir AGUA GRANDE, por la gran laguna de Maracaibo que tiene en su distrito, como quien dice, la Provincia de la grande laguna..." (5)